La intervención en el Spa Benicaldea se enmarca dentro del proceso de actualización de la imagen del hotel Ambassador de Benidorm.
La actuación se planteo siguiendo los principios que estructuran la nueva imagen: naturalidad, claridad, luminosidad y frescura buscando recuperar una identidad mediterranea. Cobra una especial importancia el uso de la luz artificial para crear ambientes mágicos y cambiantes. El uso de celosías ayuda a potenciar esa sensación de misterio y filtra la luz indirecta.
En el uso de materiales y formas se optó por el mosaico vítreo blanco para dar continuidad a todos los planos y crear una sensación orgánica y envolvente que busca como referentes las formas naturales de las grutas de agua en la roca y el aspecto tradicional de las instalaciones de agua mediterráneas de mortero encalado como las fuentes, balsas y aljibes. Otro material importante es la madera blanqueada emulando la madera expuesta a la intemperie.
En la distribución del espacio se busco que desde el inicio la piscina y el ambiente interior se pudiera intuir desde el acceso en la recepción. Para ello se separó con un cristal y una celosía de madera de manera que se genera una tensión entre la curiosidad exterior y la privacidad interior.
