El karting salou es uno de esos negocios de entretenimiento históricos que fueron
desarrollándose a lo largo de la costa mediterránea al calor del turismo europeo.
Aparte del circuito propiamente dicho existía un espacio interior donde se ubicaba la taquilla, un punto de venta y alguna máquina de virtuales. Este espacio estaba construido por una estructura ligera metálica cubierta por un toldo. El reto de la reforma era respetar esa construcción que estaba legalmente consolidada y dotarle de una categoría superior que elevará su presencia y las prestaciones de su interior. Se necesitaba una nueva barra para poder ofrecer bebidas y algo de comida al cliente del karting.
La estrategia estaba clara, crear un envoltorio de chapa perforada que envolviera la
construcción existente. Esta envolvente se desenvuelve de una manera sinuosa recogiendo el volumen principal junto con el pequeño anexo de los servicios. Se dejan las aberturas de las puertas con esquinas curvadas de manera que la chapa fluye por toda la fachada sin esquinas. El interior está cubierto por una nueva lona decorada con un patrón de puntos tipo camuflaje que se repite por las paredes. La iluminación RGB es la que dota al espacio del color y la magia que le dotan de ese carácter lúdico que era necesario. Los rótulos son los que acaban de conformar el estilo.
